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02.07.2019

Sillas de oficina: La ergonomía en el puesto de trabajo

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Según la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo, alrededor de un 25 % de los trabajadores acusan dolores de espalda relacionados con su actividad laboral.

sillas de oficina ergonómicas

¿Cómo de importante es la ergonomía en el puesto de trabajo? ¿Cómo debemos elegir nuestra silla de oficina?


El Journal of Medical Economics ha sacado a la luz las elevadas las tasas de absentismo laboral, que se disparan hasta llegar a multiplicarse por 16, ante la aparición de molestias y/o dolor crónico en el trabajo, muchas veces a consecuencia de las malas posturas en el desarrollo de nuestra actividad profesional.


A estos datos que dan la voz de alarma, debemos añadir que, en los trabajos de oficina, pasamos alrededor de un 75 % del tiempo sentados en nuestra silla. Podríamos citar muchas otras estadísticas que vienen a confirmar que la ergonomía en el trabajo ha de ser una prioridad.


Elegir una buena silla de oficina se traduce en el cuidado de nuestra salud laboral, contribuyendo al mantenimiento del bienestar en el entorno de trabajo, con el consiguiente aumento de la productividad y, por lo tanto, de una mejora para la empresa también a nivel de beneficios en el largo plazo.

Por eso queremos exponer aquí las siete condiciones que tiene que cumplir una silla de oficina para ser ergonómica y cuidar así nuestra salud en el trabajo:

1. Asiento regulable en altura: Muy recomendable para poder ajustar nuestra postura según nuestra estatura y permitir que la altura de los ojos coincida con la parte superior de la pantalla del pc. Asimismo, el respaldo será preferiblemente uno que cubra toda la altura de la espalda, pudiendo incluso añadir un reposacabezas para mayor descanso de las vértebras cervicales.

2. Asiento regulable en profundidad: El asiento debe poder regularse en el plano horizontal y dejar un espacio libre o curvatura en el borde delantero, que permita que la parte posterior de la rodilla quede libre. Esto facilitará la circulación de las piernas y favorecerá el retorno venoso.

3. Respaldo reclinable: El respaldo debe poder regular su inclinación y poder quedar en posición libre para permitir el balanceo durante los descansos. Lo ideal sería poder ajustar la tensión del respaldo al peso de la persona.

4. Diseño adaptable a las formas del cuerpo: La silla ergonómica debe contar además con una prominencia lumbar en el respaldo, regulable en altura y en profundidad, para permitir que la alineación de las vértebras de la espalda sea lo más natural posible y proteger así la zona lumbar.

5. No menos importantes son los apoyabrazos, que también deben ser regulables y permitirnos mantener una postura cómoda, con los brazos formando un ángulo de 90º mientras escribimos en el ordenador, a la vez que sirven de apoyo a codos y antebrazos. Deben ser lo suficientemente resistentes para soportar nuestro peso al incorporarnos o levantarnos de la silla y en ningún caso deberían oprimirnos las caderas ni impedir que nos coloquemos más cerca de la mesa. 

6. Materiales que favorezcan la transpiración: Condición indispensable para garantizar el confort. El material del asiento ha de ser transpirable y asimismo con propiedades antiestáticas para favorecer la disipación de la electricidad estática. Asimismo, es importante el grado de dureza del material: El asiento ha de ser firme pero suficientemente blando como para amortiguar el impacto del peso de la persona.

7. No nos podemos olvidar de las ruedas: Una silla realmente ergonómica contará con cinco puntos de apoyo en el suelo. Las ruedas deben ser autobloqueables para dar estabilidad a la silla y permitir la movilidad sin provocar esfuerzos innecesarios, así como poder frenarse si el usuario se levanta de la silla.

Estas siete características son fundamentales para tener una silla de oficina ergonómica, que nos permitirá desarrollar nuestra actividad laboral sin descuidar nuestra salud.